Empecé en 2005 y pensé qué es lo que realmente quería hacer. Era necesario pensar en grande. Intenté descubrir qué es lo que estaba en esta encrucijada entre la tecnología y el resolver problemas reales.
El cáncer, por ejemplo, es un reto importante para la sociedad. El cáncer viene de una mutación genética, pero también puede no producirse por una mutación genética. Entonces aparece un desafío. El modo cómo se reproducen las células conduce a un tumor. A veces, los tumores se crean y desaparecen y a veces empiezan a crecer e invaden todo el cuerpo. El cáncer suelta células muy pronto y luego hace de mecanismo de selección e intenta eliminar las células más agresivas. Con el doctor Massagué estamos trabajando con nuevos fármacos para alterar este proceso biológico.
Otra de mis pasiones es la sostenibilidad y las nuevas fuentes de energía. A través de la experiencia del etanol, queremos rediseñar el mundo del combustible, para que sea barato y orgánico. Buscamos el mejor camino hacia los hidrocarburos. Sin embargo, es un enfoque limitado, porque si usas azúcar, éste es limitado. ¿Qué es ilimitado, entonces? El sol. ¿Cómo podemos captar la energía? Los árboles captan muy bien la luz, mediante la fotosíntesis. Con las herramientas de la ingeniería genética utilizamos la luz del sol y las aguas negras para conseguir combustible. Actualmente tenemos una planta de media hectárea funcionando al sur de Texas. Estamos preparando una planta de mil hectáreas en Nuevo Méjico para producir casi 70 millones de litros de combustible al año. Y puede crecer. Solo debemos decidir donde paramos. Es una instalación que se puede poner en cualquier lugar donde coincidan sol y agua.
Explorar lo posible. En base a lo que sabemos, podemos tomar información de aquí y de allá. Nos preocupa también la nutrición mundial. 800 millones de personas pasan hambre. En 2050 se prevé que 3,5 millones de 9,5 millones de habitantes en la Tierra pasen hambre. ¿Podemos aprovechar nuestros conocimientos y dar de comer a la gente? Si pudiéramos crear unos nutrientes puros sin depender de agua potable y tierra arable, y hacerlo a coste bajo, ¿qué pasaría? El 70% del agua va a la agricultura. Si podemos cambiar la cadena de la alimentación podemos cambiar el mundo. Nutricultura que une CO2 y agua no potable para crear los nutrientes esenciales que necesita el ser humano. Los componentes de las comidas requieren mucha energía y ahora podemos crear nutrientes con menos energía. Estamos empezando este programa en Etiopía.