Dejé el banco, un trabajo seguro, y me embarqué en una idea loca. La gente te hace tres preguntas:
1) Seguridad. ¿Y si no te va bien? Ahora que tenías un buen trabajo, ¿por qué cambias?
2) Dinero. ¿Cuánto vas a ganar con esto? Si tenías una nómina a final de mes y catorce pagas...
3) ¿Cuánto te va a quedar de paro?
No tenía ni idea de montar un espectáculo; en mi familia no hay ningún artista. Empecé a preguntar, a investigar, a comentarlo con todo el mundo, incluso con el quiosquero o el dentista. No sabía lo que suponía crear un show, y sin embargo luché contra viento y marea. Hasta que un representante del inversor me llamó para decirme que no aportaba dinero al proyecto... Y tuve que irme al banco, donde me concedieron un crédito ICO-Emprendedor con el que he podido sacar adelante mi proyecto. Yo lo tenía en mi cabeza y me daban igual los obstáculos.
Quiero ser un músico internacional porque pienso que con la música puedo hacer feliz a la gente. Si crees que puedes ser bueno en algo, aunque no tengas ni la más remota idea de cuál es el camino y aunque ese algo no tenga que ver con tu sector, si pones empeño, pones ganas, lo comunicas y te juntas con gente que confíe en ti, seguro que lo conseguirás.