¿Por qué nos centramos en las personas?

-       La innovación suele ir asociada a la ciencia, y la ciencia a los laboratorios, lo que se traduce en que nos olvidamos del aspecto humano de las cosas.

-       Por otro lado, «ciencia» e «innovación» se han entendido tradicionalmente como la división natural de trabajo entre el mundo académico y la industria, y la «investigación en colaboración» como el puente entre ambos mundos. En otras palabras, la colaboración ha sido «institucional», mientras que las personas de ambos lados se cruzan en proyectos y en reuniones de seguimiento y todos mantienen una relativa afiliación.

¿Por qué es preciso acelerar el cambio?

-       Es posible que la crisis ya se esté prolongando demasiado: gobiernos e instituciones empiezan a dar muestras de «fatiga», y los presupuestos públicos no pueden apencar por sí solos con todo el esfuerzo. Pero los ciudadanos y la sociedad no deben tirar la toalla, y si el futuro está en manos de las nuevas generaciones, los jóvenes en particular no pueden aceptar ni aceptarán la inexistencia de este futuro.

-       Afortunadamente, hoy en día vemos tendencias que anuncian un paradigma distinto. Por ejemplo, universidades que pasan a ser móviles gracias a Internet, inversiones privadas en la educación digital y «viveros de empresas» financiados por previos «monopolios naturales», grandes empresas que se reinventan a sí mismas desde dentro... 

2.º mensaje: El emprendimiento es un «deporte de contacto» para el que podemos entrenar

-       Por un lado, las nuevas empresas de éxito necesitan conocimientos expertos adicionales y también personas. Los grandes equipos crean grandes empresas, pero tienen que trabajar en estrecha colaboración.

-       Por otro lado, tal y como dijo el filósofo húngaro Michael Polanyi, «sabemos más de lo que pensamos». Incluso en la era de Internet, el contacto personal es vital: parte del conocimiento (tácito) va con las personas.

-       Por lo tanto, el emprendimiento es una actitud que puede educarse. Además, suele contagiarse a través de las historias y los testimonios de quienes ya lo han conseguido. 

En este ámbito, Europa cuenta con todos los ingredientes para el éxito. Disponemos de prestigiosas universidades, de algunos de los mejores centros de investigación del mundo y de una activa red industrial con pymes fuertes y dinámicas.

Pero tenemos demasiados núcleos y carecemos de la actitud correcta: tanto el mundo académico como la industria deberían comprometerse con la sociedad.

- Si queremos que la sociedad del futuro reciba una mejor educación, evidentemente necesitamos movilizar a las universidades, hacer que tengan un carácter más emprendedor. Y lo conseguiremos alimentando el talento y formando no solo a futuros empleados y profesores sino, lo que es más importante, también a futuros empresarios y formadores de equipos.

- En el EIT integramos el «triángulo del conocimiento» de la educación superior, la investigación y el mundo empresarial para albergar «ecosistemas interconectados».

3.er mensaje: La innovación empresarial es un viaje

Aunque contemos con personas y con ecosistemas, con ideas y con la realidad que nos rodea, cada uno tendrá que encontrar su camino. Porque la «innovación empresarial», como la vida —el principio radical de la existencia para el filósofo español Ortega y Gasset—, consiste en «aprender con la práctica».

Un viaje podemos verlo como un desafío o como una oportunidad, con miedo o con alegría. Pero, ¡sorpresa!: disfrutar es la opción más inteligente. ¿Por qué? Porque no hay éxito sin pasión y no hay pasión sin placer. En otras palabras: ¡disfrutar es maximizar tus oportunidades de éxito!

Las buenas noticias son que el cerebro humano es la mejor brújula para ayudarnos a navegar por la vida, si somos sinceros y confiamos en nosotros. O, si lo prefieren, si somos (y creemos en) nosotros mismos. Las convicciones crean realidades.

En conclusión, los seres humanos tenemos el increíble poder de anticipar y, en gran medida, construir el futuro, de generar grandes ideas y ser mejores personas. Suelo oír a los jóvenes en particular decir que su sueño es hacer del mundo un lugar mejor: me parece francamente alentador.